El engaño del anti-imperialismo
El engaño del anti-imperialismo
La Revolución inglesa de la década de 1640 se llevó a cabo bajo una ideología que se derivó del Antiguo Testamento. La Revolución francesa de la década de 1790 se derivó de la época de los romanos. La Revolución rusa, la cual fue el equivalente de estas revoluciones anti — feudales, se llevó a cabo derivándose de las ideas del movimiento obrero, pero no fue más que un intento de establecer el socialismo, así como lo había sido la Revolución inglesa con la intención de establecer la nueva Jerusalén, o la revolución francesa para revivir la República Romana.
Aunque fue Mao quien reemplazó la consigna “Trabajadores del mundo uníos” por “Pueblos oprimidos del mundo uníos”, las raíces de este cambio de perspectiva se remonta a los tiempos de Vladimir Lenin
Etapa más alta de Lenin (Imperialismo Fase Superior del Capitalismo)
En el exilio en Suiza en medio de la primera guerra mundial ,Lenin escribió un panfleto que él había titulado: “El imperialismo, fase superior del capitalismo”. En el argumentó que, a través de un proceso que había sido completado al final del siglo, el capitalismo había cambiado su carácter. El capital industrial y el capital bancario se habían fusionado para convertirse en capital financiero, y la competencia capitalista había dado paso al capitalismo monopolista , en el cual trusts, carteles y otros acuerdos monopolísticos habían llegado a dominar la producción. Explicaba Lenin que debido al declive de ganancias de las inversiones en las metrópolis, estos monopolios estaban bajo presión económica para exportar capitales e invertirlos en las zonas económicamente más atrasadas del mundo donde las ganancias eran superiores. Por lo tanto, Lenin enfatizaba que la lucha de los países capitalistas industriales avanzados era asegurarse de mantener las colonias donde estas superganancias eran obtenidas.
Lenin exageraba ambas cuestiones, tanto el grado en que el capitalismo se había convertido en monopolio como la diferencia entre la tasa de ganancia en las metrópolis en comparación con las zonas económicamente atrasadas del mundo. Pero las implicaciones políticas de su teoría iban a probar ser bastante perjudiciales para el movimiento obrero.
Después del 1917, cuando Lenin se convirtió en unos de los comisario del régimen bolchevique en Rusia, la teoría se amplió para argumentar que los países imperialistas estaban explotando toda la población de las zonas económicamente atrasadas que ellos controlaban, e inclusive argumentaron que una sección de la clase obrera en los países imperialistas se beneficiaron de la súper- ganancias obtenidos de la explotación imperialista de estos países en forma de reformas sociales y salarios más elevados,
Esto era una tontería en términos de economía marxiana que no mide el nivel de explotación basado en los altos o bajos salarios, sino en relación con la cantidad de plusvalía producida en comparación con el monto de los salarios pagados, sean altos o bajos. Por esta medida se determina que los trabajadores de los países avanzados eran más explotados que los de las colonias, a pesar de sus altos salarios , debido a que cada obrero producía mayores ganancias.
La ampliación de la teoría de Lenin transformó la lucha entre una clase obrera internacional y una clase capitalista internacional, en una lucha entre estados imperialistas y estados antiimperialistas. La lucha de clase internacional que el socialismo abogaba fue reemplazada por una lucha internacional entre los Estados.
La Revolución rusa se situó dentro de un contexto antiimperialista. Todo el análisis de Marx sobre el capitalismo era que el movimiento obrero primero triunfaría en los lugares económicamente más avanzados del mundo, no en lugares relativamente atrasados económicamente como era Rusia. Lenin explicó esta contradicción argumentando que Marx había descrito tal situación en la etapa preimperialista del capitalismo, y que una nueva etapa imperialista había evolucionado después de su muerte. El Estado capitalista era tan fuerte que el desenlace no tendría lugar en un país capitalista avanzado, sino en estados imperialistas más débiles. Rusia zarista había sido el eslabón más débil de la cadena de países imperialistas y esto explica por qué fue allí donde se había producido la primera “revolución de los trabajadores”.
Esto equivalía a decir que la Revolución rusa fue la primera revolución antiimperialista, y en un sentido lo fue. Rusia fue el primer país en zafarse de la dominación de los países capitalistas occidentales y seguir un camino de desarrollo económico que dependía del uso del Estado para acumular capital internamente, en vez de depender de la exportación de capital procedente de otros países.
En los primeros días del régimen bolchevique, cuando Rusia se enfrentó a una guerra civil y la intervención exterior por las potencias capitalistas occidentales, Lenin comprendió que el antiimperialismo era una carta que se podía jugar para intentar salvar a su régimen. Jugando la carta del antiimperialismo , apelar a las masas trabajadoras de Asia no para establecer el socialismo, sino para llevar a cabo sus propias revoluciones antiimperialistas. Los países “súper-explotados” fueron alentados a buscar la independencia debido a que esto debilitaría los Estados imperialistas, que estaban poniendo presión sobre la Rusia bolchevique.
Esta estrategia fue presentada al movimiento obrero de Occidente como una manera de provocar la Revolución Socialista en sus países. La clase dominante de los países imperialistas privados de sus súper-ganancias ya no sería capaz de sobornar a sus trabajadores con reformas sociales y salarios más altos; los trabajadores dejarían de ser seguidores del reformismo para abrazar la revolución socialista.
Después de la muerte de Lenin en 1924, esta estrategia de la formación de un frente “antiimperialista” contra Occidente fue continuada por sus sucesores. Debido a que esta estrategia fue que todos los ciudadanos de una colonia, o en un país dominado, tenían un interés común en la obtención de su independencia, es decir, un Estado propio, fue muy atractiva para los ideólogos nacionalistas y políticos de estos países.
Hicieron un llamamiento a todos los habitantes de estos países para unirlos detrás de ellos en una lucha común para lograr la independencia. Como resultado de esta estrategia, en estos países el “socialismo” se asoció con el nacionalismo militante en lugar del internacionalismo de la clase obrera que había sido con anterioridad el planteamiento correcto. La lucha política llegó a ser vista como una lucha, no entre la clase trabajadora y la clase capitalista, sino como una lucha de todos los elementos patriotas, trabajadores, campesinos y capitalistas juntos, contra un puñado de elementos antipatriotas, traidores, quienes se habrían vendido a los imperialistas extranjeros.
El socialismo y el marxismo, en su sentido original, en realidad, nunca han existido, ni se conocen en muchos países del mundo. Lo que se conoció y se conoce como marxismo o socialismo es el leninismo. Solo ha sido hacia el final de este siglo que grupos de trabajadores de estos países han llegado a darse cuenta de que el leninismo y su ideología antiimperialista no tenían nada que ver con el socialismo real. Pero el daño ya había sido hecho. Para millones de trabajadores en gran parte del mundo, el socialismo aún significa nacionalismo, patriotismo y capitalismo de Estado, que algunos de ellos todavía ven como algo positivo en lugar de ser una barrera para la cooperación mutua de la clase obrera más allá de las fronteras nacionales, la cual es una condición esencial para el socialismo.
A través de la influencia que el capitalismo de Estado Ruso ejerció dentro del movimiento obrero de los países occidentales para muchos de los militantes obreros en estos países, el socialismo significó lo mismo. Los gobernantes rusos utilizaron los partidos comunistas fuera de Rusia como simples auxiliares de su política exterior, basados en los intereses estratégicos de Rusia. Era “progresista” todo aquello que concedía con la política exterior de los intereses del capitalismo Ruso
Durante la década de 1950, Rusia se trasladó hacia una política de aceptación del statu quo con Occidente conocida como la “coexistencia pacífica”. Los leninistas chinos, quienes llegaron al poder bajo Mao en 1949, percibieron el interés de su estado de una forma diferente y trataron de convertirse en los campeones del “antiimperialismo” en lugar de Rusia.
Las divisiones que surgieron en el movimiento comunista mundial fueron provocadas no tan superficialmente como aparentaban ser el caso, por las diferencias sobre qué tácticas debería seguir el movimiento de los trabajadores, más bien fue sobre qué política de un llamado país socialista los obreros deberían apoyar. Esta no fue una disputa que concernía a los intereses de la clase obrera.
Desde sus inicios la teoría del anti-imperialismo de Lenin ha sido una desvergüenza al socialismo, debido a que ha convertido la lucha principal en el mundo que es la lucha de clase, en una lucha entre estados imperialistas llamados reaccionarios, y estados anti-imperialistas llamados progresistas. Esta teoría ha sido una peligrosa distorsion de la lucha de clase, lo cual ha motivado a que los trabajadores apoyen el asesinato de otros obreros en la defensa de los intereses de otros estados y su clase dominante

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